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viernes, 12 de agosto de 2016

La necesidad de que el voto de todos valga lo mismo


El pasado martes, Albert Rivera anunció, entre otras condiciones previas que el PP deberá aceptar para comenzar una negociación para alcanzar un pacto de investidura, la modificación de la Ley Orgánica 5/1985, de 19 de junio, del Régimen Electoral General, (LOREG), para que el voto de cada español valga lo mismo en cualquier lugar de España.

La importancia de esta premisa radica en que, en España, y en virtud de una intencionada interpretación torticera de la Constitución, no valen lo mismo los votos emitidos en Madrid que los emitidos en Teruel, por por poner dos ejemplos.

¿Y porqué ello es posible? Sencillamente porque las provincias menos pobladas están sobre representadas "gracias" a la distribución de Diputados por las distintas provincias que se hace en el artículo 162 de la LOREG:

Artículo 162
1. El Congreso está formado por trescientos cincuenta Diputados.
2. A cada provincia le corresponde un mínimo inicial de dos Diputados. Las poblaciones de Ceuta y Melilla están representadas cada una de ellas por un Diputado.
3. Los doscientos cuarenta y ocho Diputados restantes se distribuyen entre las provincias en proporción a su población, conforme al siguiente procedimiento:
  • a) Se obtiene una cuota de reparto resultante de dividir por doscientos cuarenta y ocho la cifra total de la población de derecho de las provincias peninsulares e insulares.
  • b) Se adjudican a cada provincia tantos Diputados como resulten, en números enteros, de dividir la población de derecho provincial por la cuota de reparto.
  • c) Los Diputados restantes se distribuyen asignando uno a cada una de las provincias cuyo cociente, obtenido conforme al apartado anterior, tenga una fracción decimal mayor.
4. El Decreto de convocatoria debe especificar el número de Diputados a elegir en cada circunscripción, de acuerdo con lo dispuesto en este artículo.

De la lectura de tan farragoso artículo, desde luego no redactado para ser entendido con facilidad, se extraen algunas conclusiones como:

En todas las provincias se eligen, al menos, 2 diputados para el Congreso, independientemente de su población, y uno más por Ceuta y por Melilla, lo que suman 102 diputados.
Los restantes 248 diputados, hasta los 350 actuales, se intentan repartir de un modo proporcionado a la población provincial.
La trampa reside en que antes de ese reparto proporcional se han asignado "ex lege" 102 puestos, independientemente de si la población provincial es de 100.000 personas o 6.000.000. Eso desvirtúa por completo la segunda parte de la asignación de diputados, haciendo que como de todos es conocido, sea muchísimo más "caro" obtener un puesto de diputado por unas circunscripciones que por otras.
Este pernicioso sistema fue diseñado así por dos razones fundamentales: blindar el Parlamento a los dos grandes partidos, y favorecer a los partidos regionalistas y nacionalistas que, de este modo, al tener sus votos concentrados en menos circunscripciones electorales obtienen unos resultados en cuanto a número de diputados mucho mejores a los que realmente merecerían teniendo en cuenta el número real de españoles que les han votado.

¿Cómo cambiar esto y hacer de verdad el sistema electoral democrático? Muy sencillo, modificando la LOREG, con la aprobación de la mayoría absoluta de los miembros del Congreso para hacer que, de verdad, esto empiece a parecerse a una democracia. Para que el voto de quiénes vivimos en provincias muy pobladas no valga hasta siete veces menos que los votos emitidos en las provincias menos pobladas. 
Y porque lo contrario, mantener la situación actual, es tanto como contradecir el famoso artículo 14 de la Constitución Española: Los españoles son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social.
Yo no me siento igual que otros, no soy tratado igual que otros, y además ocurre en algo tan fundamental como a la hora de elegir a quiénes tendrán que conformar la mayoría para sostener un Gobierno y legislar.

Casi nada.







domingo, 7 de agosto de 2016

Porqué el PSOE no desbloquea la situación

El panorama político español continua en situación de bloqueo.

Algunas cosas son evidentes: el Partido Popular ganó de nuevo las elecciones, y no sólo eso, sino que además mejoró su resultado con respecto a diciembre de 2015, es más es el único de los 4 grandes partidos que lo hizo, si tenemos en cuenta que la coalición Unidos-Podemos obtuvo el mismo resultado que la suma de Podemos e Izquierda Unida en diciembre de 2015.

Y después de 2 elecciones y de prácticamente un año sin tomar grandes decisiones, salvo la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado para 2016, ¿qué se puede hacer?

Pues se puede hacer lo que Ciudadanos se ha comprometido a hacer, no votar a favor de la investidura de Mariano Rajoy, pero tampoco votar en contra, en resumen, desbloquear la situación, y el único que puede hacerlo, y debería hacerlo, es el PSOE.

Descartada la opción de que Unidos-Podemos "tolere" un gobierno del PP, y tras el compromiso de Ciudadanos, tan sólo queda la opción de apelar al sentido de estado y de la responsabilidad del PSOE.

Dentro del propio PSOE son muchas las voces de antiguos responsables y dirigentes, incluido Felipe González, que abogan por un cambio en la postura del Partido Socialista, que desbloqueé la situación y dé paso al comienzo de una nueva legislatura, incluyendo en esta corriente a algunos "barones" regionales como Fernández Vara como más destacadamente locuaz. 

Siendo esto así, ¿porqué los actuales dirigentes del PSOE se mantienen inamovibles en su postura? Sencillamente porque no tienen otra cosa que hacer que tratar, por todos los medios, que llegar al poder, alcanzar los sillones de mando, empezando por Pedro Sánchez. Es fácil hablar de ceder el paso a otros, de renunciar al poder, cuando quiénes lo dicen ya lo hicieron, lo difícil es hacerlo cuando nunca se llegó al objetivo, y cuándo ese objetivo aparece cada día más lejano y difícil.

Pedro Sánchez necesita asegurarse el futuro, dentro del partido lo primero, y de cara a la sociedad después. No puede enfrentarse a la situación de pasar por la Secretaría General del PSOE atesorando los dos peores resultados electorales de su historia, habiendo alimentado a un grupo político a su izquierda que, día a día, le resta apoyos electorales, sin un discurso único en toda España, con "barones" regionales que podrían ser calificados, al menos, como díscolos, y todo esto sin asegurar su futuro personal, demasiados fracasos a demasiada corta edad y sin aportar ninguna experiencia de gobierno, de gestión, de ostentación de poder. Escaso curriculum.

En el PSOE deberían comenzar por clarificar la situación de su Secretario General quién, día sí día también, se desayuna con el supuesto desembarco de Susana Díaz en Ferraz. Una vez desbloqueada la situación de la Secretaría General del PSOE será mucho más fácil que, quién quiera que la ostente, tome la decisión que muchos esperamos: desbloquear la situación, permitir un gobierno que dé inicio a la legislatura y que el PSOE encabece la oposición a dicho gobierno, por que para que haya oposición primero tiene que haber gobierno, y las urnas han dado como resultado que el PSOE debe estar en la oposición.

Pero la situación urge, y España no puede esperar a que se arreglen las cuitas internas de un partido político que, por muy importante que sea, su representatividad en el Congreso no alcanza si quiera el 25 % de sus miembros.